miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿La Masía o La Chequera?

El pasado domingo, el F.C. Barcelona salió a jugar contra el Levante con la siguiente formación: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Alba; Busquets, Xavi, Iniesta; Cesc, Pedro, Messi. Al minuto 14, Alves se lesionó y entró Montoya. Con este cambio, los culés quedaron en la cancha con un onceno compuesto enteramente por jugadores formados en la cantera del equipo, conocida como "La Masía"; un hito que marca la culminación de toda una apuesta estratégica por parte del club. Por su parte, un día antes, el Real Madrid, eterno rival de los blaugrana, presentó en su formación solamente dos jugadores emergidos del filial: su arquero y capitán, Iker Casillas, y el defensa Álvaro Arbeloa. Aún cuando el equipo merengue ha tenido vacíos en algunas posiciones en el campo que no pueden ser cubiertas por los jugadores del primer equipo, su entrenador, José Mourinho, se ha negado rotundamente a echar mano de los canteranos para solucionar el problema. Ambos equipos representan estrategias deportivas completamente opuestas. Durante años ha venido dándose un fuerte debate entre los aficionados al fútbol en torno a estas estrategias: ¿cuál de las dos es mejor en el largo plazo? ¿cuál equipo hizo la apuesta correcta?

Este dilema en cuanto a la gestión del talento, en realidad, no es más que un caso particular de un problema clásico de la estrategia: el que se conoce como el de make-or-buy, es decir, si produzco lo que necesito de manera interna (insourcing) o si lo adquiero externamente (outsourcing). Al hacer el análisis de una situación de este tipo, son varios los factores que deben ser tenidos en cuenta. El primero es, naturalmente, los costos que implicaría cada opción. Miremos, entonces, cuánto le ha costado al Barcelona producir un jugador como Lionel Messi de las entrañas de La Masía. Messi llegó a Cataluña a los 13 años y fue incorporado al primer equipo a los 17. O sea, estuvo 4 años como "promesa" en la cantera, a un costo promedio de 160.000 euros por año, es decir, su formación generó costos por un total de 720.000 euros. Muy, muy por debajo de los 94 millones de euros que el Madrid desembolsó por hacerse a los servicios de Cristiano Ronaldo.

Aquí se puede contra-argumentar, sin embargo, que, así como Messi costó 720.000 euros en ser formado, muchos otros costaron lo mismo y terminaron siendo desestimados, perdiéndose ese dinero. Hablemos entonces de costos de una manera más global. ¿Cuánto le ha costado al club blaugrana llegar al hito de tener una formación de once canteranos en un partido de primera división? El más viejo de estos once es el capitán, Carles Puyol, nacido en 1978. El más joven es Montoya, 13 años menor que el capitán. Supongamos que en promedio todos entraron a La Masía alrededor de los 13 años y la dejaron hacia los 18. Estaríamos hablando entonces de un esfuerzo realizado desde el año 1991 (cuando Puyol cumplió los 13) hasta el año 2009 (cuando Montoya alcanzó la mayoría de edad). 18 años de trabajos de formación, a un costo de aproximadamente 10.000.000 de euros cada año (los 160.000 que cuesta cada jugador por los 60 cupos que hasta 2011 tenía La Masía), lo que nos lleva a hablar de una inversión total de 180.000.000 de euros. Esto excede con creces el fichaje de CR7. Pero, como estamos hablando de costos globales, miremos en cuánto han salido los fichajes de quienes fueron inicialistas con el Real Madrid el sábado pasado:

Cristiano Ronaldo: 94.000.000 EUR
Karim Benzema: 35.000.000 EUR
Fabio Coentrao: 30.000.000 EUR
Pepe: 30.000.000 EUR
Xabi Alonso: 30.000.000 EUR
Sergio Ramos: 27.000. 000 EUR
Angel Di María: 25.000.000 EUR
Mesut Özil: 15.000.000 EUR
Sami Khedira: cifra desconocida
Alvaro Arbeloa: canterano
Iker Casillas: canterano

TOTAL (sin conocer la cifra por Khedira): 286.000.000 EUR

Los números siguen siendo favorables al Barcelona. Pero todavía nos hacen falta otros valores. Cesc, Piqué y Alba fueron vendidos al Arsenal, Manchester United, y Valencia, respectivamente, y luego recomprados. Por ende, tenemos que añadir el costo de recuperación de estos jugadores menos lo que se obtuvo con su venta. En el caso de Cesc, serían los 30 millones que costó traerlo de vuelta menos cero porque fue cedido gratis al Arsenal. Por su parte, Piqué representa 5 millones de recompra menos 3 millones de venta, un neto de 2 millones. En cuanto a Alba, son 12 millones de euros menos míseros 6.000 con los que se lo llevaron para Valencia (como puede verse, la venta de canteranos no es el core del negocio del Barcelona). Esto da un incremento en costos de 44 millones, para un total de 224 millones de euros. Y aún así no alcanza la cifra invertida por el Madrid, incluso dejando de lado los costos de recompra de Arbeloa, quien estuvo por un tiempo al servicio del Liverpool.

Ya vimos que el fuerte de los blaugrana no es la venta de sus jóvenes promesas. En cambio, el Madrid sí que se dedica a ese negocio. ¿Estará allí la diferencia? En los últimos 4 años, como lo menciona este artículo, el Real Madrid obtuvo ingresos por 41 millones de euros en ventas de canteranos. Esto ajustaría las cuentas del club merengue en 245 millones de euros, y ni así alcanza a los catalanes, incluso si ignoramos los costos de mantenimiento de la cantera blanca. Por donde miremos, la estrategia de La Masía sale ganando en términos financieros.

Al analizar un dilema de make-or-buy, también es conveniente considerar otros factores, y me parece apropiado traer a colación algunos. Por ejemplo, el tema de los directivos. Para optar por una estrategia orientada al outsourcing, se precisa contar en la alta gerencia con gente con la pericia adecuada para manejar bien los procesos de adquisición externa. El Madrid, en mi opinión, ha carecido de este perfil de directivo. Pagar 30 millones de euros por un jugador modesto como Coentrao, o 65 millones por una estrella en declive como Kaká, demuestra torpeza y un poco de candidez a la hora de negociar. No en vano Florentino Pérez, Jorge Valdano y otros altos cargos madridistas han sido blanco de burlas por los precios exorbitantes que han llegado a desembolsar.

Otro aspecto importante a observar es el control que con cada opción estratégica se llega a ejercer sobre la calidad del producto obtenido, en este caso, el jugador formado. En La Masía esto se traduce en que al jugador se le enseña a jugar, dentro de un ambiente controlado, de acuerdo a un determinado estilo, y se le logra infundir una serie de valores que representan al club y esto lleva a que, al llegar al primer equipo, el jugador no sólo se entienda bien con sus compañeros, canteranos como él, sino que se identifique con la institución y desee permanecer jugando allí por toda o casi toda su carrera. En el madridismo también se habla de valores y amor por el club, pero esto no pasa del wishful thinking, porque el jugador no llega mentalizado en esos valores, sino atraído por una serie de incentivos de tipo económico o de estatus. No se logra, pues, generar lealtad. El anhelo de los merengues de crear un modelo de jugador se ve truncado por su propia estrategia de gestión del talento.

La apuesta del Barcelona por La Masía, en adición, no es únicamente efectiva en términos de costos, sino que además ha sido más fructífera en títulos, por lo que podemos concluir que cada euro invertido por los catalanes en su cantera da réditos muchísimo mayores que aquél que desembolsan en la "casa blanca". Es una lección a tener en cuenta por otros clubes que tradicionalmente han sido de alto vuelo y ahora, por la crisis que atraviesa Europa, se ven abocados a repensar su estrategia buscando opciones que cuesten poco. Jugar con once canteranos puede no ser muy fancy, pero así también se puede ganar una liga.

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